TEC 1 EL DOCTOR
TERRIBILIS
Hemos empezado el taller
de escritura creativa (T.E.C) con los alumnos de 3º de primaria. Antes de comenzar hemos estado hablando de dos
escritores de literatura infantil conocidos mundialmente como son Gloria
Fuertes (de la cual tenemos un rincón dedicado a ella) y Gianni Rodari. Sobre
este último se desarrolla nuestra actividad.
Gianni Rodari, además de escribir un sinfín de canciones y poemas también es creador “ensaladas de cuentos”, “cuentos al revés” y cuentos con varios finales en su obra “cuentos para jugar”. En nuestro taller, primero “calentado motores” leyendo en clase uno de los cuentos del libro “Biblioteca de los Cuentos de Gianni Rodari” y que tenemos en nuestra biblioteca del cole.
Posteriormente hemos presentado la actividad que consiste simplemente en inventar un final para uno de los cuentos de este autor: El Doctor Terribilis. Una vez que los alumnos hayan escuchado el cuento deberán completar el final y posteriormente, una vez que hayan concluido, leeremos los tres finales del cuento y comprobaremos si alguno de nuestros pequeños escritores coincidió con Gianni Rodari o si, en cambio, han sido tan creativos que inventaron un final totalmente original.
Gianni Rodari, además de escribir un sinfín de canciones y poemas también es creador “ensaladas de cuentos”, “cuentos al revés” y cuentos con varios finales en su obra “cuentos para jugar”. En nuestro taller, primero “calentado motores” leyendo en clase uno de los cuentos del libro “Biblioteca de los Cuentos de Gianni Rodari” y que tenemos en nuestra biblioteca del cole.
Posteriormente hemos presentado la actividad que consiste simplemente en inventar un final para uno de los cuentos de este autor: El Doctor Terribilis. Una vez que los alumnos hayan escuchado el cuento deberán completar el final y posteriormente, una vez que hayan concluido, leeremos los tres finales del cuento y comprobaremos si alguno de nuestros pequeños escritores coincidió con Gianni Rodari o si, en cambio, han sido tan creativos que inventaron un final totalmente original.

El TEXTO:
El doctor Terríbilis
El doctor Terríbilis y su ayudante, Famulus, trabajaban secretamente desde hacía tiempo en un invento espantoso. Terríbilis, como seguramente su mismo nombre indica, era un científico diabólico, tan inteligente como malvado, que había puesto su extraordinaria inteligencia al servicio de proyectos verdaderamente terribles.
—Verás, querido Famulus: el supercrik atómico que estamos terminando será la sorpresa del siglo.
—No cabe duda, señor doctor. Ya estoy viendo cómo se quedarán nuestros estimados compatriotas cuando usted, con el supercrik, arranquela Torre
de Pisa y la transporte a la cima del Monte Blanco.
—¿La Torre de Pisa? —rugió Terríbilis—. ¿El Monte
Blanco? Pero, Famulus, ¿quién te ha metido en la cabeza semejantes bobadas?
—La verdad, señor doctor, cuando proyectamos...
—¿Proyectamos, señor Famulus respetabilísimo? ¿Nosotros? Tú, personalmente, ¿qué has proyectado? ¿Qué has inventado tú? ¿El papel del chocolate? ¿El paraguas sin mango? ¿El agua caliente?
—Me retracto, doctor Terríbilis —suspiró Famulus poniéndose humilde humilde—, cuando usted, y sólo usted, estaba proyectando el supercrik, me pareció oír aludir ala Torre de Pisa y a la cumbre
más elevada de los Alpes...
—Sí, me acuerdo muy bien. Pero te lo decía por pura y simple precaución, mi excelente e insigne Famulus. Conociendo tu costumbre de cotillear a diestra y siniestra, con el chico del panadero, con el empleado del lechero, con el portero, con la cuñada del primo del portero...
—¡No la conozco! Le juro, señor doctor, que no conozco en absoluto a la cuñada del primo del portero y le prometo que nunca haré nada por conocerla.
—De acuerdo, podemos eliminarla de nuestra conversación. Quería explicarte, amable y atolondrado Famulus, que no me fiaba de ti y te conté el cuento dela
Torre de Pisa para ocultarte mi verdadero proyecto que tenía
que permanecer secreto para todos.
—¿Hasta cuándo, señor profesor?
—Hasta ayer, curiosísimo Famulus. Pero hoy tienes derecho a conocerlo. Dentro de pocas horas estará listo el aparato. Partiremos esta misma noche.
—¿Partiremos, doctor Terríbilis?
—A bordo, claro, de nuestro supercrik atómico.
—¿Y en qué dirección, si me está permitido?
—Dirección al espacio, oh Famulus mío, tan rico en interrogantes.
—¡El espacio!
—Y más concretamente,la Luna.
—¡La
Luna !
—Veo que pasas de los signos interrogativos a los exclamativos. Así pues, fuera dilaciones y he aquí mi plan. Arrancaréla Luna con mi supercrik, la
separaré de su órbita y la colocaré en un punto del universo de mi elección.
—¡Colosal!
—Desde allí arriba, estimado Famulus, trataremos con los terrestres.
—¡Excepcional!
—¿Queréis recuperar vuestra Luna? Pues bien, pagadla a su peso en oro, comprádsela a su nuevo propietario, el doctor profesor Terrible Terríbilis.
—¡Extraordinario!
—Su peso en oro, ¿me comprendes, Famulus? En oro.
—¡Superformidabilísimo!
—¿Y has captado la idea?
—Captada, profesor. La idea más genial del siglo Veinte.
—Espero que también la más malvada. He decidido pasar a la historia como el hombre más diabólico de todos los tiempos. Ahora, Famulus, manos a la obra...
En pocas horas dieron los últimos retoques. El supercrik atómico estaba preparado para entrar en actividad. Curioso aparato, en realidad se parecía al que utilizan los automovilistas para levantar su coche cuando tienen que cambiar una rueda pinchada. Sólo era un poco más grande. Pero tenía acoplada una cabina espacial en la que se habían dispuesto dos butacas. Sobre éstas, en el momento elegido por el doctor Terríbilis para inciar su diabólica empresa, se acomodaron el inventor y su ayudante quien, a decir verdad, sólo trabajosamente conseguía ocultar un extraño temblor.
—¡Quieto, Famulus!
—Sssí... sseñoor... do-do-doctor…
—¡Y no balbucees!
—Nno-no se-señor do-do-doctor...
—Trágate esta píldora, te calmará al instante.
—Gracias, doctor Terríbilis, ya estoy tranquilísimo.
—Estupendo. Cuenta al revés, Famulus...
—Menos cinco... menos seis... menos siete...
—¡He dicho al revés, Famulus! ¡Al revés!
—Ah, sí, lo siento mucho. Menos cinco... menos cuatro... menos tres...menos dos.... menos uno...
—¡Adelante!
Actividad 1 Escribe el final del cuento.
Actividad adicional. Haz un dibujo sobre el final.
Actividad Adicional 2 Escribe un cuento de ciencia-ficción ambientado en el año 3000 y en un planeta desconocido
El doctor Terríbilis y su ayudante, Famulus, trabajaban secretamente desde hacía tiempo en un invento espantoso. Terríbilis, como seguramente su mismo nombre indica, era un científico diabólico, tan inteligente como malvado, que había puesto su extraordinaria inteligencia al servicio de proyectos verdaderamente terribles.
—Verás, querido Famulus: el supercrik atómico que estamos terminando será la sorpresa del siglo.
—No cabe duda, señor doctor. Ya estoy viendo cómo se quedarán nuestros estimados compatriotas cuando usted, con el supercrik, arranque
—¿
—La verdad, señor doctor, cuando proyectamos...
—¿Proyectamos, señor Famulus respetabilísimo? ¿Nosotros? Tú, personalmente, ¿qué has proyectado? ¿Qué has inventado tú? ¿El papel del chocolate? ¿El paraguas sin mango? ¿El agua caliente?
—Me retracto, doctor Terríbilis —suspiró Famulus poniéndose humilde humilde—, cuando usted, y sólo usted, estaba proyectando el supercrik, me pareció oír aludir a
—Sí, me acuerdo muy bien. Pero te lo decía por pura y simple precaución, mi excelente e insigne Famulus. Conociendo tu costumbre de cotillear a diestra y siniestra, con el chico del panadero, con el empleado del lechero, con el portero, con la cuñada del primo del portero...
—¡No la conozco! Le juro, señor doctor, que no conozco en absoluto a la cuñada del primo del portero y le prometo que nunca haré nada por conocerla.
—De acuerdo, podemos eliminarla de nuestra conversación. Quería explicarte, amable y atolondrado Famulus, que no me fiaba de ti y te conté el cuento de
—¿Hasta cuándo, señor profesor?
—Hasta ayer, curiosísimo Famulus. Pero hoy tienes derecho a conocerlo. Dentro de pocas horas estará listo el aparato. Partiremos esta misma noche.
—¿Partiremos, doctor Terríbilis?
—A bordo, claro, de nuestro supercrik atómico.
—¿Y en qué dirección, si me está permitido?
—Dirección al espacio, oh Famulus mío, tan rico en interrogantes.
—¡El espacio!
—Y más concretamente,
—¡
—Veo que pasas de los signos interrogativos a los exclamativos. Así pues, fuera dilaciones y he aquí mi plan. Arrancaré
—¡Colosal!
—Desde allí arriba, estimado Famulus, trataremos con los terrestres.
—¡Excepcional!
—¿Queréis recuperar vuestra Luna? Pues bien, pagadla a su peso en oro, comprádsela a su nuevo propietario, el doctor profesor Terrible Terríbilis.
—¡Extraordinario!
—Su peso en oro, ¿me comprendes, Famulus? En oro.
—¡Superformidabilísimo!
—¿Y has captado la idea?
—Captada, profesor. La idea más genial del siglo Veinte.
—Espero que también la más malvada. He decidido pasar a la historia como el hombre más diabólico de todos los tiempos. Ahora, Famulus, manos a la obra...
En pocas horas dieron los últimos retoques. El supercrik atómico estaba preparado para entrar en actividad. Curioso aparato, en realidad se parecía al que utilizan los automovilistas para levantar su coche cuando tienen que cambiar una rueda pinchada. Sólo era un poco más grande. Pero tenía acoplada una cabina espacial en la que se habían dispuesto dos butacas. Sobre éstas, en el momento elegido por el doctor Terríbilis para inciar su diabólica empresa, se acomodaron el inventor y su ayudante quien, a decir verdad, sólo trabajosamente conseguía ocultar un extraño temblor.
—¡Quieto, Famulus!
—Sssí... sseñoor... do-do-doctor…
—¡Y no balbucees!
—Nno-no se-señor do-do-doctor...
—Trágate esta píldora, te calmará al instante.
—Gracias, doctor Terríbilis, ya estoy tranquilísimo.
—Estupendo. Cuenta al revés, Famulus...
—Menos cinco... menos seis... menos siete...
—¡He dicho al revés, Famulus! ¡Al revés!
—Ah, sí, lo siento mucho. Menos cinco... menos cuatro... menos tres...menos dos.... menos uno...
—¡Adelante!
Actividad 1 Escribe el final del cuento.
Actividad adicional. Haz un dibujo sobre el final.
Actividad Adicional 2 Escribe un cuento de ciencia-ficción ambientado en el año 3000 y en un planeta desconocido
2 comentarios:
Me encanta esta actividad!
Rodari tiene muchas actividades, juegos e ideas para desarrollar la creatividad y el gusto por la escritura.
Que tipo d narrador es el q cuenta la historia
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